Quince.
Autocomentarios

Santiago: LOM Ediciones, 2008.

 

 

 

III

SCHABAT

 

Con los ojos sellados, vesperal,
ante los candelabros relucientes
de sábado, mi madre. La penumbra
lisonjea sus cuerdas. Desfallece

la hora entre las velas encendidas.
Los muertos se sacuden – fiebre –: huestes
de fiesta, sin piedad, cual candelabros,
peregrinan espejos. Desde el viernes,

avara , la agonía. En los cristales,
atolondrado de fragor, el sol,
filacteria de adiós, cree soñar.

La casa es un sollozo. El horizonte
cruza la casa: rostro del crepúsculo
ido entre lo jamás y lo jamás.


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Nivel materno:

1 Simultaneidad de antagonistas: “dos”i: convivencia de vigilia y sueño: el sueño en la vigilia: vigilia que sueña: dormir en vigilia: soñar despierto. La oración de la madre encauza a los huéspedes del sueño a la comarca de la vigilia: el poeta, a través de su madre, despereza lo que duerme en la casa – él – a que el pasado se acerca. Mi madre, más “yo” que “yo”, se esfuerza en “traer”ii a susmismuertos al a-hora. Principio y final: etapas del preñado comienzoiii.

2 En el crepúsculo de un viernesen el nacimiento de un schabat –, mi madre – que lo dio a luz (dándole luz) –, ante los candelabros relucientes, se cubre los ojos “cerrados” – los sobre“cierra” – con las palmasiv. El crepúsculo, conmovido, lisonjea – estremece suavemente – las cuerdas del arpa celestial. Los dedos de la penumbrami madrelisonjean sus cuerdas – acaricia a sus muertos –. (Sus: “de” los ojos, “de” los candelabros, “del” sábado, “de” mi madre, “de” la penumbra).

3 …vesperal: crepuscular anunciación – víspera y oración – del sábado: pórtico sacro.

4 … vesperal / … / …mi madre: cobijo de potente e impotente estelar invisibilidad visible: luz que aguarda – v[espera]l – .

5 Con el “menguar” del día, las velas encendidas brillan másv. Entre las flamas de las velas y del crepúsculo, la realidad inmediata y la luz de la realidad inmediata casi se extinguen – desfalleceny casi fallecendes-fallecen: no fallecen –. El a-hora casi se apaga – desfallece la hora: desfallece el ahora – y casi no se apaga – desfallece –.

6 Irrumpiendo en el aula del tiempo, mi madre plañe por sus difuntos: con clamorosa fiebre los sacudelos d-espeja –: en campaña, sin piedad, contra la muertevi (¿piedad por quien, sin piedad, aniquila?), caudillos, se alzan, victoriosos, para juntar y construir, no para dispersar y socavar. Los candelabros, cada viernes, se multiplicanvii (en espejos enfrentadosviii), peregrinando hacia la madre.

7 Los muertosviernes – viven – schabat –: reflejos en agonía: el dolor del irrecusable tajo sobreviveix.

8 Compenetración: simbiosis trascendente: la madreel sol del hogar – y el sol – el fragoroso fulgor materno –, en oración: equivalentes ruegos.

9 El sol que zozobra: filacteria de adiós (filacteria: inscrita “envoltura” durante el rezo hebreo: orar: amuleto: protección): la oración del crepúsculo y el recuerdo de que todo emigrax.

10 El sol, en los cristales de ambas circunstancias – la interna y la externa –, atolondrado de fragor: la madre, los muertos que se sacuden, el arrebol de los zagueros hálitos del día, in-cande-scentes, en conmoción, dentro de la “aparente”xi calma del crepúsculo.

11 Al invocar a sus difuntos, para que protejan a su familia –lenidad del por“venir” –, la madre, sumida en el fragor, es la gleba de la gavilla de vivos y muertos. Ella “envuelve”xii, con su afecto, incluso al sol: casero rapaz, el sol descansa en ella. El sol cree que ha llegado a casa.

12 En-candil-ado, el sol, a-luci-nado por la devoción de su madre, cree soñar.

13 Los cuartetos y el primer terceto se integran en el segundo terceto: la casa es un sollozo: los maternos ojos sellados, los muertos, la rojez del crepúsculo y las velas encendidas se estrechan en la agonía de un sollozosol-lozo – de rencuentro y escisión.

14 La madre, que ha arrancado los barrotes del calabozo del tiempo, a-hora lidia contra el espacio, que también coerce su propósito de guiar a sus muertos al presentexiii. Tan erizado el dolor, que el horizonte inter“viene” para aplacar el sollozo. La distancia, con piedad, cruza la casa: ¡la lejanía se aproxima!: se disipa la barrera del espacio. Pero la esencia de la distancia el horizonte – torna a su índole: al acompañar a la madre – soplo de concordia –, el horizonte y el sol ya están despidiéndose: “dos”xiv oscuridades –la del tiempo y la del espacio – a“traen”xv el sol hacia la sima de la noche: el rostro del crepúsculo entre lo jamás “y” lo jamás: el cuerpo del crepúsculo, el rostro hacia la madre, se hunde en el “mar” de la noche y, con morro de triste volcán, exhala adiós.

15 El tiempo es a los candelabros encendidos y al reflejo de ellos, lo que el rostroxvi del crepúsculo es al presente y al pasado: los candelabros encendidos entre espejos, y el rostro del crepúsculo entre lo jamás y lo jamás. El a-hora se sumerge ense va hacia – el pasadoxvii y el futuro; el rostro del crepúsculo reverbera diurna y nocturnamente.

16 El multiverso – el sol, el horizonte, la casa – fruye, no importa cuán efímeramente, de la merced de mi madre – multiversal madre de sí misma –. Mi madre, ecuánime y protectoraxviii deidad hambrienta de amparoxix, cicatriza todo, con su adormecedor valeroso schhhhh: ella – Ella –, visible madre de lo visible “y” lo invisible, es el Schabat.


Nivel de Cristo:

17 El SábadoSchabat –, corolario del día – noche – del asesinato del Mesías. El Hijo observa el dolor inmaculado – Mi madre –.

18 María en penumbraen la oscuridad de la penumbraxx –: la luz vital se ha ido.

19 Ella evoca – invoca axxi – la Crucifixión y desfallece: Viernesviernes –: en la Pasión, ante la hueste homicida – “gente” nonata: inauténtico reflejoxxii caliginosamente afiebrado –.

20 Desde ese viernes, agonía.

21 El sol, que asistió (inocentexxiii aportadora asistenciaxxiv culpable) a la Crucifixión, recuerda el fragor – el crúor, el temblor de la Tierra y el Cielo –, cuando Él – la luz genuina – se fue sin ir-se. Como la madre, el sol descree lo presenciado: cree, “crist”almente, soñar.

22 La madre irrumpe en el Sábado del a-hora. La casala Tierra – solloza, porque Cristo se ha ido. Pero Cristo – el horizonte –, desde “la frontera”xxv entre el mundo divino y el mundo humano, cruzaxxvi, con Su Cruz, la casa. Distancia es a lejanía como Cristo es altruismo. Con-sol-ándola y con-sol-ándose –Hijo pasajero en su regazoxxvii –, Él acompaña – cruza – a Su madre (aunque Mar-íaxxviii jamás lo – lo jamás – perderá) durante el pavoroso luto por Su “aparente”xxix muerte. Él, a-hora, de ambos mundos: madremente en penumbraentre el haberse idoyjamás haberse ido –, en agonía perpetua.

 

NOTAS

i V. Ontogenia: pf. 29 (Moverse…..ninguna.) [dos].

ii V. Aguacibera: pfs. 3, 6 (Entre los….. mi infancia.) [traer].

iii V. Ontogenia: pf. 30 (La creación…..liberación) [comienzo].

iv V. lo opuesto: Rapsodia: pf. 17 (“Cerrar” las…..“abrirlos” [cerrar].

v V. Rapsodia: pf. 15 [menguar].

vi V. Nicho: pf. 13 (Hemos soportado…..guerra.) [guerra].

vii V. Aguacibera: pf. 8 [multiplicar].

viii V. Aguacibera: pf. 37 (El poeta…..enfrentan.) [espejos enfrentados].

ix V. Rapsodia: pf. 24 (A menudo…..sobrevivir.) [sobrevivir].

x V. El desahucio: pf. 22 (“Esta” salida…..especial multiverso temporal –); Rapsodia: pf. 9 (En lo referente…..no la tiene.) [fugaz, fugitivo].

xi V. i. pf. 22 [aparente].

xii V. s. pf. 9 [envolver].

xiii V. Nicho: pf. 13 (Nuestro amor…..eternidad –.) [arrancar los barrotes].

xiv V. s. n. 1 [dos].

xv V. s. n. 2 [traer].

xvi V. Ontogenia: pf. 6 [rostro].

xvii V. El desahucio: pf. 17; Rapsodia: pf. 20 [presente, pasado].

xviii V. s. pf. 11; Nicho: pfs. 7 (Tú protección…..“ida”-y-“regreso”.), 8 (¡Retoño…..protectora!), 9, 13 (¿Trascendiendo…..no protegernos?) [protección].

xix V. Rapsodia: pfs. 5, 17 (Fatalmente…..estar viva”) [amparo].

xx V. Ontogenia: pf. 11 (¿Luz en…..en oscuridad.) [penumbra].

xxi V. s. pf. 11 [invocar].

xxii V. s. pfs. 7, 15 [reflejo].

xxiii V. Rapsodia: pf. 12 [inocencia, culpabilidad].

xxiv V. Noailles: pf. 5 (Ella…..de “ayer”.) [aportadora asistencia].

xxv V. La frontera [frontera].

xxvi V. Nicho: pf. 8 (“Regreso”…..tu cuerpo.) [regresar].

xxvii V. Aguacibera: pf. 20; Nicho: pfs. 8 (El jol…..de tu cuerpo.), 9 (El hijo…..laborioso.) [regazo].

xxviii V. s. pf. 14 (Pero la esencia…..exhala adiós.) [mar].

xxix V. s. pf. 10; Cuando: pf. 6 (La verticalidad…..aparente.) [aparente].

 

David Rosenmann-Taub. Quince. Autocomentarios.
Santiago de Chile: LOM ediciones, 2008, pp. 65-76; Notas, pp. 221-223.